jueves, 10 de noviembre de 2011

Foto Jr
Por las tardes de verano,
bajo los robles del cementerio municipal,
nuestros manos llenas de pájaros heridos,
las hojas marchitas entre los libros,
íbamos ebrios y tristes
enterrando los sueños de la infancia,
esperando el nuevo amanecer, 
escuchando al grupo The Doors,
con los cuadernos manchados de vino
con las historias de Lowry, Bolaño y Mario Santiago 
tatuadas en el cráneo, 
esquivando a los zopilotes que sobrevolaban
nuestras cabezas de siameses enardecidos.

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