jueves, 13 de julio de 2017

El levantarse de la Aurora



Splendor solis, S. Trismosin. Londres, s. XVI.

Un secreto se te ha mostrado,
que durante mucho tiempo  
estuvo oculto a ti,
una aurora se eleva.
Hal.lach (s. IX-X)



La puerta está abierta. Las aves que durante varios días contemplé hoy regresan al norte. El cielo se transforma, mayo trae consigo el invierno. Densas nubes se posan sobre esta tierra

Dime amor si escuchas la enigmática voz del trueno. Si te colmas al ver las garzas sobrevolar el mar en calma después de la lluvia. Si te regocijas al ver los pescadores levitar sobre las aguas

La puerta está abierta, amor. Al atardecer miro al cielo. Descifro el nombre de las aves que con prontitud se dirigen a su refugio ante la cercanía de la noche que se pronuncia

En la oscuridad preparo mi carne y mi espíritu para la llegada del cuervo y de la lluvia. En la oscuridad limpio la casa, mi templo, mi morada 

En secreto aprendo el lenguaje de los pájaros, su sabiduría animal, su tenacidad ante el resplandor que emite la sabia Aurora, hacia la que regresan cuando desaparecen las tinieblas, cuando la cúpula se ha consumado, cuando la semilla que sembré en mi mano rompe la carne y brota con su delicado tallo hacia la luz

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