Splendor solis, S. Trismosin. Londres, s. XVI.
Un secreto se te ha mostrado,
que durante mucho tiempo
estuvo oculto a ti,
una aurora se eleva.
Hal.lach
(s. IX-X)
La puerta está
abierta. Las aves que durante varios días contemplé hoy regresan al norte. El
cielo se transforma, mayo trae consigo el invierno. Densas nubes se posan sobre
esta tierra
Dime amor si escuchas
la enigmática voz del trueno. Si te colmas al ver las garzas sobrevolar el mar
en calma después de la lluvia. Si te regocijas al ver los pescadores levitar
sobre las aguas
La puerta está
abierta, amor. Al atardecer miro al cielo. Descifro el nombre de las aves que
con prontitud se dirigen a su refugio ante la cercanía de la noche que se
pronuncia
En la oscuridad preparo mi carne y mi espíritu para la
llegada del cuervo y de la lluvia. En la oscuridad limpio la casa, mi templo,
mi morada
En secreto aprendo el lenguaje de los pájaros, su
sabiduría animal, su tenacidad ante el resplandor que
emite la sabia Aurora, hacia la que regresan cuando desaparecen las tinieblas, cuando
la cúpula se ha consumado, cuando la semilla que sembré en mi mano rompe la
carne y brota con su delicado tallo hacia la luz
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