jueves, 29 de marzo de 2012

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guardianes 

La poseída en el Jardín de las Nueces delira en sus funestos sueños, los gatos  que la acompañan sienten la presencia de la que se aproxima por el sendero. El conjuro se renueva en el encuentro, un olor a pimienta y a canela se esparce por el aire mientras los gatos copulan bajo los árboles, y las aves nocturnas, sobrevolando el Jardín, claman la presencia de los animales que dormitan bajo la tierra.

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